El bullying es sin duda una de las peores cosas que puede sufrir un chico cuando es joven. En el colegio no hay apenas control sobre esta terrible actividad, a pesar de estar tan extendida y producir tanto daño en las personas.
Y es que no hay nada peor que encontrarte a un chico sufriéndolo sin que nadie haga algo. Pero esta vez la historia es muy diferente, en ella nos encontramos a un muchacho que ha sabido plantar cara a su agresor, sabiendo que nadie iba a ayudarle.
Los compañeros ven la escena impávidos, temiendo que ellos sean los siguientes en el maltrato que están viendo, a pesar de que el muchacho que lo recibe es el doble de grande que el otro.
Recibe golpes, insultos, se ríen prácticamente de él en su cara pero llega un punto que todo ser humano comprende que si deja que eso continúe ya no podrá detenerlo nunca, y sin dudarlo ni por un instante le coge del cuerpo y le tira contra el suelo aprovechando su fuerza.
Un golpe que esperemos le haya servido para aprender que ir vacilando a sus compañeros de clase lo único que puede lograr es que acabe recibiendo.
Ojalá el bullying desaparezca de una vez de los colegios y estos chicos aprendan a convivir entre ellos.
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